La desescalada del confinamiento impuesto por la crisis del coronavirus ya ha comenzado. Ha traído consigo una relajación de las normas referentes a la apertura de locales, las reuniones de personas y la celebración de ritos que tiene un impacto directo en la actividad del sector funerario. Empresarios y trabajadores ya tratan de ajustarse y han realizado las primeras críticas a las normas establecidas por el gobierno central y publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
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